#6 – Ana Céspedes, IAVI en Nueva York, EE.UU.

PARTE I: Preguntas cortas:
  1.  Nombre completo: Ana Céspedes Montoya
  2. Lugar de nacimiento: Barrax (Albacete)
  3. Residencias en etapas internacionales: Darmstadt (Alemania), Boston (USA), New York (USA)
  4. Cargo y empresa: Chief Operating Officer, IAVI
  5. Situación personal: (pareja, hijos…): 1 hija (María, 23 años), Gustavo (en noviembre celebraremos una década juntos)
  6. Hobbies: investigar y escribir sobre well-being y desarrollo personal; diseñar y decorar; bailar; viajar; abrazar a mis amigos
  7. ¿Qué cosa NO cambiarías de ti?: mi afán de superación
  8. ¿Alguna vez has dejado ir un sueño? Varios. Uno de ellos, el de tener más hijos.

PARTE II: Preguntas largas:
1.     Piensa en el momento en el que te dijeron que tendrías la oportunidad de irte fuera. ¿Qué sentiste? ¿Lo dudaste, o te lanzaste a la piscina sin pensarlo? 
Mi futuro jefe – Christer Odqvist- me convocó a una reunión por teléfono. Era Semana Santa y mi hija y yo estábamos en Londres visitando a mi hermana Eva, que estaba viviendo allí. Eva había vivido previamente en Suecia y Francia y hablar con ella acerca de sus experiencias internacionales me llenaba de energía. Cuando me lo confirmaron sentí una inyección de adrenalina. Lo tuve claro. Había planificado ese momento, sin querer reconocerlo, desde hacía años. Mi hija y yo estábamos preparadas y era una gran oportunidad para las dos. La logística cuando estas divorciada no es fácil y nos llevó casi 5 meses gestionar todos los permisos, pero al final lo conseguimos.
 
2.     ¿Hubo algo o alguien en particular que te ayudó a dar el paso hacia adelante y decir “sí, me voy”?
Trabajar y vivir fuera de España era uno de mis objetivos estratégicos personales. Sabía que quería hacerlo. Y las personas que me conocían más profesionalmente me animaron y apoyaron. Entre ellas, las españolas y también internacionales Laura Gonzalez-Molero y Belén Garijo. Pero también sabía que iba a ser muy duro personalmente porque me iba sola y con una hija adolescente. Mi gran amiga y maestra la psicóloga Maria Jesús Álava Reyes me ayudó a prepararme emocionalmente. Algo que fue clave. Al tiempo que trabajaba la logística, Maria Jesús me ayudó a construir -literalmente- mi mapa de resiliencia. Anticipamos los problemas que me encontraría, cómo me sentiría, las dudas que me asaltarían… y su regalo fue ayudarme a preparar estrategias para superarlo.
3.     ¿Te habían ofrecido antes una experiencia similar y dijiste que no? ¿Por qué?

Anteriormente, había sido responsable de otros países (Portugal) pero desde España. Y siempre había disfrutado mucho de la experiencia internacional y aceptado participar en numerosos grupos de trabajo globales. Nunca me importó viajar y asumir carga de trabajo adicional. En un par de ocasiones se quedaron vacantes posiciones interesantes y que encajaban con mi perfil y se habían acercado a mí de manera más o menos directa. No era mi momento y lo expliqué con honestidad. Me atraía mucho la carrera internacional pero mi hija era muy pequeña y dejar España la hubiera alejado de su padre a una edad donde todavía no era capaz de viajar sola. Ella era mi prioridad.

4.     ¿Cuáles son las diferencias más notorias entre España y tu nueva ubicación?
La diferencia más notable es el estilo de comunicación. En Estados Unidos, se comunica de una manera más formal y sofisticada -utilizando de manera extensa jerga especializada y acrónimos-, con un tono habitualmente más centrado en lo positivo y en agradar al oyente resaltando las fortalezas y evitando de manera específica poner la luz sobre las lagunas o debilidades. Además, con un estilo mucho menos directo. Tanto es así que, en ocasiones, si no estas muy familiarizado con la cultura, te puede llegar a costar entender si el mensaje que se está dando es de apoyo a la iniciativa que has presentando o todo lo contrario. El estilo de comunicación español puede ser percibido como poco profesional, demasiado directo y en ocasiones, informal. Incluso, si no tienes cuidado, agresivo.

Otra diferencia importante es la atención a la diversidad racial, de género, de religión, de edad, de aspecto físico, etc. La cultura americana es más avanzada que la española a la hora de prestar atención a todos estos elementos.

Finalmente, haberte formado en una institución académica de élite -las famosas Ivy League americanas o en su defecto, las británicas- tiene un gran peso en tu marca personal en Estados Unidos. Los españoles jugamos con desventaja ahí.

Desde aquí animo a las Universidades y Escuelas de Negocio Españolas a que fortalezcan su marca en el extranjero. Es una pieza clave. Colaboro con IESE, como miembro de la Junta Directiva del Chapter de Salud, dirigido por Concha Capdevilla y con EADA, como profesora en el área de salud, dirigida por Juan Carlos Gallego y me gusta ver cómo están invirtiendo en esta dirección.
5.     ¿Qué ha sido lo más difícil de adaptarte a tu nueva ubicación? ¿Has sentido algún shock cultural?
 

Fui la primera líder mundial de mi organización que se trasladó desde Europa a la recién creada sede mundial en Boston en 2012, en un momento en el que la compañía decidió reforzar su presencia en Estados Unidos creando un hub mundial allí. La nueva sede mundial se creó en el mismo espacio que la filial americana, pero obviamente, las necesidades eran muy distintas. Fue un proceso complejo porque empezamos desde cero: sin espacio físico para los equipos que estábamos creando, sin procesos básicos para operar -centros de coste, procesos de contratación, apoyo administrativo-, sin contactos con proveedores para el mercado global y sin experiencia en como crear un hub mundial. Eran jornadas de trabajo agotadoras donde había que multiplicar por dos o tres el tiempo que cada pequeña actividad llevaba. Aprendí mucho.

6.     ¿Cómo se compara tu vida de ahora con la que te imaginabas de pequeña?
No recuerdo imaginar “una vida de mayor” cuando era pequeña. Mis sueños eran relativamente simples: estar sana, amar, ser una buena profesional y tener dinero suficiente para poder explorar todo lo que la vida podría ofrecer y si es posible, para compartirlo con otros. Siempre he tenido una enorme curiosidad por experimentar, aprender, explorar y crecer.
Con los años descubro más y más cosas maravillosas que puedo o quiero hacer o ser. Y también identifico más rápido las que no me gustan e intento alejarme de ellas para que no me quiten energía. Aún me queda mucho por soñar, descubrir y crecer. Pero me despierto cada mañana pensando que estoy donde quiero estar, disfrutando de lo que hago y de las personas con las que estoy y con pasión por trabajar para ser cada día la mejor versión de misma.
7.     ¿Qué has aprendido sobre ti esta última etapa en el extranjero, y qué ha aportado a tu carrera profesional?
 
Aunque resulte paradójico, vivir en USA desde hace ya una década, me hace sentirme aún más española y comprometida con nuestro país si cabe. He aprendido, en primer lugar, la importancia de hacer conexiones con hispanos. Nos une la cultura y la lengua. Y somos una red muy potente. Es importante invertir en ello. Richard Bueno Hudson, Director del Instituto Cervantes de Nueva York hace una labor excepcional y disfruto mucho colaborando con ellos.
En el ámbito de la salud, he aprendido que la promoción y prevención de la salud física y mental -y no solo el tratamiento de la enfermedad- son claves para el desarrollo personal, económico y social. Y, sin embargo, nuestros sistemas sanitarios están centrados en el tratamiento de la enfermedad. De cada 100 euros invertidos en salud en los países de la OCDE, 97 se dedican al tratamiento de la enfermedad. Y 3 euros a prevención, incluyendo vacunación, campañas de diagnóstico precoz, de educación sanitaria, etc. Es el enfoque equivocado. Y estoy muy comprometida a seguir trabajando para que exijamos un cambio de paradigma. Es la lección más importante que debemos aprender de la devastadora pandemia de COVID-19. Y me preocupa que no la hayamos aprendido.
Finalmente, disfruto trabajando con personas diversas en razas, culturas, religiones, edades etc. Y viendo los resultados maravillosos que se consiguen cuando se integra de verdad la persona única que cada uno de nosotros somos, en vez de imponer un estándar ficticio. En IAVI tenemos una cultura muy especial donde no sólo respetamos la diversidad, sino que fomentamos que las personas se muestren tal y como son. Con sus fortalezas y debilidades.
8.     ¿Qué has tenido que sacrificar?
Mis primeros 6 años en Estados Unidos fueron muy duros física y emocionalmente. La curva de aprendizaje profesional era casi vertical y apenas había compañeros al lado con la generosidad suficiente para enseñar a personas con menos experiencia como yo. Era una cultura individualista y centrada en los resultados a corto plazo. Trabajaba hasta quedarme dormida casi cada día. Seis días por semana. Dormía poco, reduje de manera significativa mi ejercicio físico. Descuidé mi alimentación. Y apenas dedicaba tiempo a mi familia. En una revisión anual, mi médico me advirtió del riesgo inminente de accidente cerebrovascular: “si sigues así, tu familia te va a perder”.

Decidí iniciar una ruta de transformación que me permitiera vivir de acuerdo con mis prioridades vitales. Ha sido un proceso gradual y a través del cual he aprendido sobre la ciencia del autocuidado. Ahora puedo decir con orgullo que he aprendido a vivir de una manera plena: disfrutando mucho de mi trabajo y creo que consiguiendo grandes logros profesionales. Pero, además, también con salud, disfrutando de mi familia, de mis amigos y saboreando la vida. Mi aprendizaje: se logra mucho más profesionalmente cuando cuidas tu salud y cuando vives de acuerdo con tus valores y prioridades vitales.

9.     ¿Cuál es el primer paso a seguir para continuar tu carrera en el extranjero?

Confianza en ti mismo e involucrarte en los grupos de trabajo internacionales que todas las organizaciones tienen. Las experiencias de país son pilotos comerciales clave y hay que saber contarlas para que se puedan escalar a otros sitios. En España se hace cosas fantásticas en el sector salud, y también en temas digitales de salud, pero a veces no se invierte el tiempo suficiente en contarlas a las personas adecuadas. Pedir un assignment internacional durante unos meses es otro paso importante. También, contactar con españoles que estén en headquarters. Ellos te pueden ayudar y no hay que tener miedo a pedir que te ayuden como mentores. Finalmente, siempre ayuda tener alguna formación local en el país al que te quieres trasladar.
10.  ¿Qué consejo darías a alguien que está por desarrollar su carrera en otro país?
Mis 5 tips serían los siguientes:
(1)   Apúntate a los grupos de trabajo internacionales y asegúrate que tus pilotos locales son conocidos en internacional. Dentro de una organización, el curriculum es mucho menos relevante que tu portfolio de proyectos/resultados/logros dentro de la organización.
(2)   Haz una investigación sobre todas las oportunidades que tu compañía actual ofrece -un traslado con tu propia compañía es mucho más fácil que con otra por permisos de trabajo, salvo que sea dentro de Europa-. Suele haber muchos programas de cortas estancias, de proyectos, etc… que a veces no conocemos porque no se comunican lo suficiente.

(3)   Haz una red de contactos en headquarters. No tengas miedo a aproximarte a personas que te interesan y simplemente, pedirles 20 minutos para ofrecerte sus consejos profesionales. Quizás estén ocupados y no te puedan atender rápido, pero te sorprenderá la respuesta positiva que encuentras.
(4)   Haz una red de proveedores internacionales. Puedes utilizar a tus contactos locales para que te presenten a sus colegas internacionales. Esto te ayudara a conocer más el mercado.

(5)   Lee mucho sobre el área que te interesa. Suscríbete a las listas de distribución locales,

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